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Una de las etapas de la construcción que genera
más sucio y desperdicio es el frisado y mezclillado de las superficies de
mampostería, coloquialmente llamado el “encamisado”, que no es más que el recubrimiento
previo que las deja preparadas para el acabado final. Es además de las partidas
que más tiempo consumen, ya que está asociada a procesos lentos de
fraguado de cemento. Ligado a ello, la posible aparición de fisuras y grietas,
producto de la retracción del cemento cuando fragua, puede generar aun más
gastos y tiempo adicional para corregirlos.
Ante los retos tecnológicos que se plantean al
sector construcción, surge esta técnica
del frisado sin cemento, contrapuesta al tradicional mortero húmedo. El experto
en el área Carlos Miguel Molina Manzano, especialista de la empresa Proarca,
explica que “este tipo de frisado consiste en la sustitución del mortero de cemento
por láminas de yeso estandar o fibrocemento, ancladas sobre un sustrato poroso
(muros de mampostería, pantallas de concreto, columnas, etc), gracias a un
adhesivo especialmente diseñado para esta aplicación, de la marca Glypac®”.
La técnica está recomendada para espacios interiores e inclusive en zonas
húmedas como cocinas, baños y lavanderos, en cuyo caso se recomienda emplear
láminas de yeso resistentes a la humedad.
Acabados
finales y confort térmico
Explica Molina Manzano que la técnica consiste
en adosar las láminas de yeso a la superficie con un pegamento especial, que actúa
como una ventosa entre el bloque y la lámina, generando un agarre inmediato y
permitiendo realizar ajustes para el correcto ajuste de la superficie hasta una
hora después de aplicado. “Adicionalmente contribuye al confort térmico y
acústico de los espacios en vista de que se genera una pequeña cámara de aire
entre la lámina y el muro pre existente, lo cual elimina el puente térmico y
mejora el aislamiento acústico” apunta el especialista.
Explica Molina Manzano que luego de la
aplicación de este frisado se puede colocar una primera mano de pintura en 4
días, e inclusive en 24 horas siempre y cuando se combine con las masillas de
secado rápido, mientras que el frisado tradicional puede requerir hasta 21 días
dependiendo de las condiciones de humedad presentes en el ambiente.
En cuanto a la fase de acabado final de la
pared, básicamente son los mismos que se utilizarían sobre una pared estándar
de yeso, los cuales consisten en “el tratamiento de la junta con cinta de papel
más mastique, instalación de esquineros y aplicación de dos o tres capas de
mastique para interiores según el nivel de acabado especificado o si lo
prefiere también puede aplicar cualquier revestimiento cerámico o pétreo en vez
de pintura”.
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